Por su sabor, color y posibilidades gastronómicas el chocolate se ha visto ligado a diversas celebraciones a lo largo de tiempo. Si echamos un vistazo al calendario, son muchas las fiestas en las que el chocolate tiene cierto protagonismo. Pero sinlugar a dudas, la que más vínculos tiene con el popular alimento es la Pascua.
¿Sabías que en el mundo pagano, los huevos siempre han simbolizado fertilidad? Aunque la práctica de hacer huevos de chocolate se popularizó en Francia a finales del siglo XIX, el primero que los hizo fue Joseph Fry en 1873. Logró hacerlos sólidos porque añadió manteca de cacao al propio cacao y pudo así moldearlo.
Poco después, en 1875, Cadbury’s hacía el primer huevo de Pascua. 15 años después ya existían en Europa más de veinte clases diferentes. Alemania y Holanda se apuntaron rápidamente al chocolate oval. Más tarde, el huevo se añadió a la mona de Pascua, y de esta manera se institucionalizaron las monas a base de cacao, azúcar y manteca de cacao.
En España no es hasta 1917 cuando aparecen por primera vez los huevos de Pascua gracias a unos moldes de hojalata que trajo de París Francisco Oliva. En 1933 se celebró en la calle de Los Baños de Barcelona una exposición de monas que causó sensación. Descubierta la posibilidad de moldear y esculpir el chocolate, esta práctica se extiende por toda España.
Del huevo se pasa a la casita, los ramos de flores, la Sagrada Familia o incluso el protagonista de una obra de teatro de ¡setecientos kilogramos! En los últimos cincuenta años, el arte español en el moldeo de chocolate ha sido ampliamente reconocido. Es famoso el repostero español Antonio Escribá, quien ha recibido premios dentro y fuera de España e incluso escribió el libro Felices Pascuas, sobre el arte de hacer monas de Pascua.